Yo quisiera desenterrarte de ese olvido
desempolvar la teoría indómita de nuestro fracaso
palpitar acurrucándome del miedo.

No sabes.

Algunas agujas prefieren ser asesinadas
mientras le damos forma a las sombras
que confundidas se sorprenden del abrazo,
que preocupadas se adelantan al paso lento
y se repliegan en la avenida.

Yo pudiera rescatarte del pretérito
darle marco a tu sonrisa a media luz
enamorarme de tus errores para volverte tangible
reprimirte para que notes hasta donde llega mi delirio.

Lo prometido debería ser deuda
y yo quisiera que devuelvas mi alegría,
que amordaces esa vocecilla entrometida,
que dejes de suicidarte para volverme culpable.

Yo debiera ser la excusa del retorno,
la cosecha de las runas,
el prólogo de tu amanecer.

Pero te amo
y eso me quita los ojos,
enarbola tu triunfo
y me estaquea en la multitud,
que aterrada se acumula
para no perder de vista el sacrilegio,
y mi llanto.